Pero Miroslav Klose, Diego Forlán, David Villa y Wesley Sneijder, héroes inesperados y con un perfil menos glamuroso que las anunciadas estrellas del Mundial, enviaron de vuelta a sus pantallas publicitarias a Cristiano Ronaldo y otros, frustrando los pronósticos de los marketers.

Los cuatro son internacionales confirmados con premios sustanciales y carreras ya ricas. Pero no despertaron la misma expectación que el astro portugués del Real Madrid o Lionel Messi y otros Wayne Rooney.

Cuando tocó suelo sudafricano, Miroslav Klose venía de una temporada más que mediocre con el Bayern de Múnich.

Diego Forlán ciertamente ha ofrecido la Europa League al Atlético de Madrid este año, pero todavía arrastra su fallida etapa en el Manchester United al comienzo de su carrera.

David Villa, a pesar de su destacada actuación con el campeón de Europa, España, vive a la sombra de su compañero de equipo estrella del Liverpool, Fernando Torres.

Por su parte, Wesley Sneijder, expulsado del Real Madrid sin contemplaciones hace un año, demostró que un hat-trick del campeonato italiano-Copa de Italia-Champions League no era suficiente para suscitar más interés que ‘Arjen Robben’.

Pero estos cuatro hombres son ahora el foco de toda la atención después de haber contribuido en gran medida a la clasificación de su equipo para las semifinales de la Copa del Mundo.

Anotador de un doblete contra Argentina en los cuartos de final, Klose elevó su cuenta goleadora a cuatro en Sudáfrica y 14 en su carrera mundialista, un cuerpo por debajo del récord del brasileño Ronaldo.

El delantero de origen polaco solo había marcado tres goles esta temporada con el Bayern, donde pasó la mayor parte de su tiempo en el banquillo.

Joachim Löw había sido criticado por haberlo llevado al Mundial, pero sus buenos estrenos ante Australia en el primer partido e Inglaterra en el octavo demostraron que el técnico había hecho bien en confiar en él.

SNEIJDER VUELVE AL TRIUNFO

Con su delantero centro con 52 goles en 100 partidos, Alemania ahora apunta a una octava final de la Copa del Mundo.

Pero antes tendrá que derrotar a España en semifinales y así amordazar a David Villa, máximo goleador del torneo con cinco de los seis goles de su selección.

El exvalencianista casi se lleva a La Roja al alcance de la mano, demostrando una vez más su capacidad para convertir cualquier balón en una ocasión de gol.

Su talento es reconocido, pero la obsesión de los medios y la hinchada por Fernando Torres, autor del gol del título europeo hace dos años, había privado a Villa de una presencia legítima entre las posibles estrellas del Mundial.

Su fichaje por el FC Barcelona debería contribuir, tanto como sus actuaciones, a ofrecer por fin un reconocimiento mediático y deportivo al justo valor de aquel sin el que sin duda España ya se habría ido de Sudáfrica.

Efectivo, Wesley Sneijder también lo fue con Holanda, una selección que, a su imagen, abandonó la ostentación del fútbol total para conformarse con ganar a toda costa.

Despedido del Real Madrid a principios de temporada para dar paso a Cristiano Ronaldo o Kaká, Sneijder volvió en mayo a triunfar en el Santiago Bernabéu, donde ganó la Champions League al vencer en la final al Bayern de Múnich.

En el Mundial marcó el único gol del partido ante Japón, otro decisivo ante Eslovaquia en los octavos, antes de acreditarse el primer gol y marcar el segundo de cabeza en el cuarto ante Brasil.

El balón “se deslizó por encima de mi cabeza rapada y entró en la portería”, se rió el holandés.

Porque toma jugadas a balón parado, el remate de cabeza no es su punto fuerte y lleva la melena rubia larga, Diego Forlán no recorre el mismo camino hacia la portería. Pero él no lo necesita.

Autor de seis temporadas de alto nivel en España, el uruguayo aún sufre de una reputación inferior a su talento a causa de dos años fallidos en Inglaterra.

La redención internacional ya está cerca para este jugador capaz de marcar, marcar y marcar el ritmo de un partido, por delante o por detrás de los atacantes.

Lo demostró al anotar tres goles en la Copa del Mundo, incluido un magnífico tiro libre contra Ghana en cuartos de final, y sin él y su complicidad con Luis Suárez, Uruguay no hubiera llegado a su primera semifinal en 40 años.

Ante la ausencia del sancionado Suárez, cargará sobre sus hombros las esperanzas de todo un país contra Holanda. Pero como Klose, Villa o Sneijder, ha demostrado que, al no poder vender sueños en papel satinado, es capaz de crearlos en las gradas.

Grégory Blachier para el servicio francés, editado por Tangi Salaün