Las personas con ingresos más altos también obtienen puntajes más altos en las pruebas de coeficiente intelectual, hasta cierto punto. Con ingresos altos, la relación se estanca y el 1% superior obtiene una puntuación incluso ligeramente más baja en la prueba que aquellos cuyos ingresos se ubican justo debajo de ellos. Esto sugiere que no se puede inferir una inteligencia elevada a partir de unos ingresos elevados, según muestra un nuevo estudio de la Universidad de Linköping publicado en European Sociological Review.
Los investigadores combinan datos de salarios de los registros de población suecos con puntajes de pruebas de capacidad cognitiva tomadas de reclutas militares de 18 a 19 años.
« Este tesoro de datos nos permite probar, por primera vez, si los salarios extremadamente altos son indicativos de una inteligencia extrema. Para hacerlo, necesitábamos datos de ingresos confiables que cubrieran todo el espectro salarial. Los datos de las encuestas generalmente pasan por alto los ingresos más altos, pero los registros ofrecer datos completos sobre los ingresos de todos los ciudadanos », dice Marc Keuschnigg, profesor asociado del Instituto de Sociología Analítica de la Universidad de Linköping y profesor de sociología de la Universidad de Leipzig.
La relación entre la capacidad cognitiva y el salario es sólida para la mayoría de las personas en todo el espectro salarial. Sin embargo, por encima de un nivel salarial umbral, el salario deja de jugar un papel en la diferenciación de individuos de diferentes capacidades.
Por encima de los 60.000 € de salario anual, la capacidad media se estanca en un nivel modesto de +1 desviación estándar. El 1 por ciento de los que más ganan incluso obtienen una puntuación ligeramente peor en la capacidad cognitiva que aquellos en los estratos de ingresos justo debajo de ellos. Este es un hallazgo importante, porque el 1% superior gana salarios exorbitantes que son el doble del salario promedio entre el 2-3% superior, según Marc Keuschnigg.
Los últimos años han sido testigos de muchos debates académicos y públicos sobre el aumento de la desigualdad. En los debates sobre las intervenciones contra las grandes discrepancias salariales, una defensa común de los que más ganan es que sus talentos únicos motivan las enormes cantidades de dinero que ganan. Sin embargo, a lo largo de una dimensión importante del mérito, la capacidad cognitiva, el estudio no encuentra evidencia de que aquellos con los mejores trabajos que pagan salarios extraordinarios merezcan más que aquellos que ganan solo la mitad de esos salarios.
La mayor parte de los ciudadanos gana salarios normales que responden claramente a las capacidades cognitivas individuales. Pero entre los ingresos más altos, los niveles de capacidad cognitiva no diferencian los salarios. De manera similar, las diferencias en el prestigio ocupacional (una medida alternativa del éxito laboral) entre contadores, médicos, abogados, profesores, jueces y miembros del parlamento no están relacionadas con sus habilidades cognitivas. Con los ingresos relativos de los que más ganan en constante crecimiento en los países occidentales, una parte cada vez mayor de los ingresos agregados puede asignarse de formas no relacionadas con la capacidad cognitiva, según los investigadores.