La fiscal estatal Patricia Benavides “decidió abrir averiguación previa contra la presidenta Dina Boluarte, el presidente del Consejo de Ministros Alberto Otarola, el ministro del Interior Víctor Rojas, el ministro de Defensa Jorge Chávez”, anunció la fiscalía en Twitter.

Esta investigación se refiere a hechos de “genocidio, homicidio calificado y lesiones graves, cometidos durante las manifestaciones de diciembre de 2022 y enero de 2023 en las regiones de Apurímac, La Libertad, Punón, Junín, Arequipa y Ayacucho”, agregó.

La investigación también apunta al expresidente del Consejo de Ministros Pedro Angulo y al exministro del Interior César Cervantes, quienes habían formado parte del gobierno de Dina Boluarte del 7 al 21 de diciembre. Un total de 22 personas murieron en las protestas durante esas dos semanas.

Al menos 40 personas han muerto y más de 600 han resultado heridas en las protestas tras el juicio político y la detención del presidente socialista Pedro Castillo, el 7 de diciembre, acusado de un intento de golpe de Estado por intentar disolver el parlamento que estaba a punto de sacarlo del poder.

  • Golpe ilimitado –
  • Los manifestantes exigen, entre otras cosas, la salida de Boluarte, quien sucedió a Castillo, y la inmediata realización de elecciones anticipadas, ya adelantadas de 2026 a abril de 2024.

    Aunque del mismo partido de inspiración marxista (Perú Libre) del señor Castillo, Dina Boluarte es considerada una “traidora” por los manifestantes.

    El epicentro de la protesta es la región aymara (pueblo amerindio) de Puno, en la frontera con Bolivia y a orillas del lago Titicaca, donde rige un paro indefinido desde el 4 de enero y donde se han producido graves enfrentamientos, saqueos y saqueo.

    Las autoridades declararon este martes un toque de queda de tres días en esta región, tras la muerte de 18 personas durante las manifestaciones desde el lunes.

    En Juliaca, 1.300 km al sur de Lima, decenas de familiares de víctimas vestidos de negro hacían fila en la morgue para recibir el cuerpo de un ser querido, luego de enfrentamientos mortales cerca del aeropuerto de esta ciudad de la Región de Puno. “Mi hermano murió porque le dispararon, lo mató la policía”, dijo un hombre a radio La Decana.

    En medio de una crisis política e institucional, el gobierno peruano obtuvo la tarde de este martes la confianza del Parlamento con 73 votos a favor, 43 votos en contra y seis abstenciones. Debería haber dimitido si hubiera perdido esta votación, impuesta por la Constitución.

    Perú debe recibir una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el miércoles, enviada al país para investigar las protestas y la respuesta de las fuerzas del orden.

    Las protestas continuaron el martes con bloqueos de carreteras en seis regiones del país.

    En la región de Ayacucho, en el sur de los Andes, miles de personas marcharon por las calles del pueblo de Huamanga.

    En un comunicado el martes, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU dijo que estaba « muy preocupada por la escalada de violencia en Perú ». Hizo un llamado a los « manifestantes para que muestren moderación » y a la policía para que « garanticen que la fuerza se use solo cuando sea estrictamente necesario ».

    “Estamos en manos de la barbarie”, denunció el cardenal y arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto, en RPP radio, mientras que la defensora del pueblo, Eliana Revollar, consideró que “realmente la violencia está llegando a niveles insospechados”.

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