El uso excesivo de antibióticos ha empujado a las bacterias a desarrollar mecanismos de resistencia a este tipo de tratamientos. Este fenómeno, conocido como resistencia a los antibióticos, es considerado ahora por la OMS como una de las mayores amenazas para la salud. La falta de tratamiento contra las bacterias multirresistentes podría retrotraernos a una época en la que millones de personas morían de neumonía o salmonella. La bacteria Klebsiella pneumoniae, muy común en los hospitales y especialmente virulenta, es uno de los patógenos contra los que nuestras armas se están volviendo contundentes. Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha descubierto que la edoxudina, una molécula antiherpes descubierta en los años 60, debilita la superficie protectora de la bacteria Klebsiella y facilita su eliminación por parte de las células inmunitarias. Estos resultados se pueden leer en la revista PLOS One.
Klebsiella pneumoniae causa muchas infecciones del tracto respiratorio, intestinal y urinario. Debido a su resistencia a la mayoría de los antibióticos comunes y su alta virulencia, algunas de sus cepas pueden ser fatales para el 40% al 50% de las personas infectadas. Existe una necesidad urgente de desarrollar nuevas moléculas terapéuticas para contrarrestarlo. « Desde la década de 1930, la medicina se ha basado en los antibióticos para eliminar las bacterias patógenas », explica Pierre Cosson, profesor del Departamento de Fisiología Celular y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la UNIGE, quien dirigió esta investigación. « Sin embargo, son posibles otros enfoques, entre los cuales tratar de debilitar el sistema de defensa de las bacterias para que ya no puedan escapar del sistema inmunitario. Esta vía parece aún más prometedora ya que la virulencia de Klebsiella pneumoniae se deriva en gran medida de su capacidad para evadir los ataques del sistema inmunitario ». células. »
Una ameba como modelo
Para determinar si la bacteria estaba debilitada o no, los científicos de la UNIGE utilizaron un modelo experimental con características sorprendentes: la ameba Dictyostelium. Este organismo unicelular se alimenta de bacterias al capturarlas e ingerirlas, utilizando los mismos mecanismos que utilizan las células inmunitarias para matar patógenos. « Modificamos genéticamente esta ameba para que pudiera decirnos si las bacterias que encontraba eran virulentas o no. Este sistema muy simple nos permitió probar miles de moléculas e identificar aquellas que reducían la virulencia bacteriana », explica Pierre Cosson.
Debilitar las bacterias sin matarlas
Desarrollar un fármaco es un proceso largo y costoso, sin garantía de resultados. Por lo tanto, los científicos de UNIGE optaron por una estrategia más rápida y segura : revisar los medicamentos existentes para identificar posibles nuevas indicaciones terapéuticas. El equipo de investigación evaluó el efecto sobre la Klebsiella pneumoniae de cientos de fármacos que ya están en el mercado, con una amplia gama de indicaciones terapéuticas. Un fármaco desarrollado para combatir el herpes, la edoxudina, resultó particularmente prometedor.
« Al alterar la capa superficial que protege a la bacteria de su ambiente externo, este producto farmacológico la hace vulnerable. A diferencia de un antibiótico, la edoxudina no mata a la bacteria, lo que limita el riesgo de desarrollar resistencia, una gran ventaja de tal antivirulencia estrategia », dice el investigador.
Aunque aún no se ha confirmado la eficacia de un tratamiento de este tipo en humanos, los resultados de este estudio son alentadores: la edoxudina actúa incluso sobre las cepas más virulentas de Klebsiella pneumoniae, y en concentraciones más bajas que las prescritas para tratar el herpes. « Debilitar suficientemente las bacterias sin matarlas es una estrategia sutil, pero que podría resultar ganadora a corto y largo plazo », concluye Pierre Cosson.