En los Territorios Australes y Antárticos Franceses (Taaf), la gestión de la violencia contra las mujeres puede complicarse por la distancia y la vida en aislamiento de las personas que viven en estas islas perdidas, a miles de kilómetros de la metrópoli, abastecidas cuatro veces al año por el barco Marion Dufresne.
“Confirmo el compromiso total de la administración de Taaf en la prevención y la lucha contra el acoso y la violencia de carácter moral o sexual”, aseguró la prefecto Florence Jeanblanc-Risler en una carta enviada el viernes a los invernales de la isla de Ámsterdam.
La plainte de la jeune femme a été classée et l’administration des Taaf lui a, en outre, proposé de quitter cette île lointaine, à 3.000 km de La Réunion, où une trentaine de chercheurs, militaires et employés des Taaf passent une année entière, entre ellos. Ella finalmente accedió a irse.
« Un choix qui lui inflige la double peine du harcèlement et du départ de la base », s’étaient indigné dans une lettre ouverte une trentaine d’hivernants, qui soulignaient aussi l’ambiance « pesante et délétère » qui régnait sur la base depuis los hechos.
En esta misiva fechada el 19 de diciembre expresaban su consternación por « el trato » a la « violencia machista y sexual en el Taaf ».
precisando que la persona en cuestión también iba a abandonar la isla en primavera en « administración de decisiones ».
Más al sur, también se movilizan los habitantes del archipiélago de Kerguelen, uno de los cinco distritos que forman el Taaf.
Tras la carta de sus vecinos de Ámsterdam, el 25 de diciembre enviaron al prefecto una serie de propuestas de medidas preventivas y de apoyo porque, “las situaciones de agresión y acoso no son casos aislados en el Taaf”.
Aunque indicó que no podía « ver fallas de sistema en lo que se ha hecho », la prefecto prometió iniciar en enero « una reflexión sobre los métodos y medios para » profundizar « la parte de las entrevistas relativa a la capacidad de los candidatos ». gestionar una vida personal y profesional en un entorno aislado », « reforzar las medidas de prevención y sensibilización », y designar « un referente en la sede en estos temas ».
La mezcla solo se introdujo en 1994 para los visitantes de invierno. Hasta entonces, las mujeres solo podían venir a Crozet, Amsterdam o Kerguelen durante unos meses, durante « la campaña de verano ».
En sus recomendaciones, los residentes de invierno de Kerguelen proponen que el Taaf envíe periódicamente un cuestionario que permita establecer estadísticas.
También sugieren la creación de una unidad de escucha compuesta por un grupo de residentes voluntarios capacitados, una medida destinada a las personas que no desean pasar por las autoridades para obtener informes.
“Estamos en entornos aislados con desequilibrio entre hombres y mujeres. Llamamos la atención de las personas que se van a ir y pasamos por un proceso de selección riguroso, que ciertamente puede reforzarse”, admite la Sra. Jeanblanc-Risler.
En las islas, los funcionarios están jugando la carta de la prevención.
“El lugar de la mujer es fundamental porque obliga a todo el mundo a pensar dos veces antes de decir algo”, subraya el responsable del distrito de Crozet, Cyrille Jacob.
Una presencia femenina que asegure cierto equilibrio y también “para evitar comportamientos que algunos califican de viriles y que yo también llamo descarados. Esa mezcla es fundamental”, continúa el directivo.
« Dije al principio + solo hay 17 chicas, no lo tocamos +, porque es la minoría », confiesa por su parte la jefa del distrito de Kerguelen, Valérie Covacho, precisando : « si los hombres estuvieran en la minoría, yo los protegería ».
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