Cientos de jinetes bajan a las calles para este evento tradicional de estilo occidental.
Cientos de jinetes y sus monturas salieron al inicio de la semana a las calles de la capital de Costa Rica, que tomó aires de western para un tradicional desfile, ausente durante tres años por la pandemia del coronavirus.
el jinete sigue siendo una figura icónica en el campo costarricense. Mientras unos muestran diferentes aires en medio de la calle y hacen bailar a sus monturas al paso, otros jinetes se acercan al público amontonado tras las barreras que jalonan el recorrido de cuatro kilómetros, dejando que los espectadores acaricien su caballo.
Los animales en su mejor momento
Para este gran día, los animales deben mostrarse con su mejor aspecto : acicalados, cepillados, trenzados de crines y colas. Los cueros engrasados de sillas de montar y botas brillan al sol. Antes de poder incorporarse al desfile, las monturas y jinetes deberán pasar revista frente a los veterinarios del Servicio Nacional de Sanidad Animal.
de que los animales “estén bien preparados, que estén bien herrados, en buenas condiciones físicas, que no tengan heridas o enfermedades que pongan en riesgo a otros participantes”.
los veterinarios siguen velando por el bienestar de los caballos y reprimiendo el mal comportamiento de los jinetes: “no se permiten las espuelas, (así como) el uso abusivo del látigo. Los jinetes ebrios tampoco pueden participar”, subraya la joven.