La policía confronta a los manifestantes que invaden el Congreso Nacional en Brasilia, Brasil, el domingo. Cientos de simpatizantes del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron la sede del Congreso Nacional, y también la Corte Suprema y el Palacio del Planalto en una manifestación que pedía una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Foto de André Borges/EPA-EFE
Ene. 8 (UPI) — Cientos de partidarios del expresidente de derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, asaltaron el Congreso del país, la Corte Suprema y el Palacio Presidencial del Planalto el domingo para protestar por la elección de Lula da Silva y pedir una intervención militar para derrocarlo.
Los violentos manifestantes se enfrentaron con la Policía Militar del país y destrozaron edificios en la capital de Brasil, Brasilia, inspirados en la retórica de Bolsonaro durante su campaña, informó Folha de São Paulo.
Según los informes, la policía utilizó elementos de disuasión no letales, incluidas « bombas aturdidoras », para dispersar a los participantes en los disturbios en la capital cuando los manifestantes rompieron las ventanas para ingresar al edificio de la Corte Suprema Federal.
Los manifestantes supuestamente tomaron represalias lanzando fuegos artificiales y arrojando objetos a la policía, informaron los medios de comunicación brasileños.
A menudo se ha comparado a Bolsonaro con el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo estadounidense lo respaldó en las elecciones. Al igual que Trump, afirmó antes de las elecciones que la única forma en que perdería sería como resultado del fraude electoral.
Un ministro del Supremo Tribunal Federal dijo a Globo TV que quienes participaron en la invasión serán identificados y « castigados rigurosamente ».
Lula viajó a São Paulo este fin de semana y no estuvo en Brasilia cuando estalló la violencia. Bolsonaro salió de Brasil antes de la toma de posesión de Lula y ha estado en Florida.
Según los informes, los funcionarios brasileños llamaron a la Guardia Nacional del país para dispersar a los manifestantes, que acamparon en Brasilia desde la inauguración.
A diferencia de la insurrección en el Capitolio de los Estados Unidos el 1 de enero. El 6 de enero de 2021, ninguna de las cámaras del Congreso brasileño estuvo en sesión durante el motín.